Condición de nube

Condición de nube es un ciclo para voz y piano basado en textos de Octavio Paz. Concretamente, los poemas están sacados de “Condición de nube”, que da nombre al ciclo. Este ciclo está compuesto por seis canciones.

El primer poema, Nubes, lleva el texto literalmente a las nubes, donde el ser humano disfruta de muchas imaginaciones capaces de sacarnos por unos instantes del mundo real. El segundo poema, La rama, muestra cómo un simple recuerdo puede romper nuestra fortaleza. En Silencio, tercer poema, una simple nota, un simple silencio puede hacernos sentir más que todo lo demás. Muchas veces, a través del dolor, acabamos gritando en nuestro interior, en silencio para los demás. El cuarto poema, Viento, Octavio Paz nos muestra cómo el viento está en todos lados y que, el ser humano, solo está de paso. Está y no está. El quinto poema, Nuevo rostro, muestra cómo la noche es capaz de borrar el tiempo y lo real, cómo al despertar del sueño todo cambia. El sueño nos transporta a otro lugar antes de ser conscientes de nuestra propia otredad. Por último, Epitafio para un poeta, nos lleva a algo que sucede en la actualidad. Esa capacidad de mostrar lo que realmente no somos.

I. Nubes

Islas del cielo, soplo en un soplo suspendido,
¡con pie ligero, semejante al aire,
pisar sus playas sin dejar más huella
que la sombra del viento sobre el agua!

¡Y como el aire entre las hojas
perderse en el follaje de la bruma
y como el aire ser labios sin cuerpo,
cuerpo sin peso, fuerza sin orillas!

II. La rama

Canta en la punta del pino
un pájaro detenido,
trémulo, sobre su trino.

Se yergue, flecha, en la rama,
se desvanece entre alas
y en música se derrama.

El pájaro es una astilla
que canta y se quema viva
en una nota amarilla.

Alzo los ojos: no hay nada.
Silencio sobre la rama,
sobre la rama quebrada.

III. Silencio

Así como del fondo de la música
brota una nota
que mientras vibra crece y se adelgaza
hasta que en otra música enmudece,
brota del fondo del silencio
otro silencio, aguda torre, espada,
y sube y crece y nos suspende
y mientras sube caen
recuerdos, esperanzas,
las pequeñas mentiras y las grandes,
y queremos gritar y en la garganta
se desvanece el grito:
desembocamos al silencio
en donde los silencios enmudecen.

IV. Viento

Cantan las hojas,
bailan las peras en el peral;
gira la rosa,
rosa del viento, no del rosal.

Nubes y nubes
flotan dormidas, algas del aire;
todo el espacio
gira con ellas, fuerza de nadie.

Todo es espacio;
vibra la vara de la amapola
y una desnuda
vuela en el viento lomo de ola.

Nada soy yo,
cuerpo que flota, luz, oleaje;
todo es del viento
y el viento es aire siempre de viaje.


V. Nuevo rostro

La noche borra noches en tu rostro,
derrama aceites en tus secos párpados,
quema en tu frente el pensamiento
y atrás del pensamiento la memoria.

Entre las sombras que te anegan
otro rostro amanece.
Y siento que a mi lado
no eres tú la que duerme,
sino la niña aquella que fuiste
y que esperaba sólo que durmieras
para volver y conocerme.


VI. Epitafio para un poeta

Quiso cantar, cantar
para olvidar
su vida verdadera de mentiras
y recordar
su mentirosa vida de verdades.